De las abejas se pueden aprovechar media docena de productos más. Una colmena sana y vigorosa puede aportar entre 150 y 300 gramos de polen al día. Tras retirar la miel podremos aprovechar con facilidad la cera con la que hacen las celdas, sólo con romper y fundir los panales. Algo más complicado será extraer la jalea real con la que alimentan a las reinas. Otro producto de las colmenas es el propóleo, una especie de argamasa con la que sujetan las celdas, que tiene propiedades farmacéuticas. El propio veneno del aguijón es medicinal y puede ayudar a personas con artritis o reuma. Aunque el producto fundamental del esfuerzo de las abejas es la polinización.
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